La sede española del grupo editorial Axel Springer necesitaba un itinerario formativo adaptado a diferentes perfiles con un objetivo prioritario: aportar herramientas y procesos creativos que permitieran aumentar la participación y la productividad en las reuniones de trabajo.
Tras las primeras reuniones con los responsables me quedó claro que las herramientas, fases y actitudes del diseño me permitirían cumplir otros tantos objetivos, como potenciar el compromiso y la confianza individual, o fomentar la creación colaborativa según necesidades, metas y procesos compartidos.
Mi propuesta se centró en un itinerario de cuatro sesiones agendado a lo largo de dos semanas. La formación sería presencial, en sede del cliente, y combinaría aprendizaje formal y experiencial.
Los cuatro días que duró el taller nos permitieron indagar en los mitos asociados a la creatividad, y descubrimos conceptos como el de confianza creativa o inspiración análoga. Juntos desentrañamos y dimos nombre a propios bloqueos creativos e identificamos casos y experiencias propias antes de definir un reto común que nos permitiese desarrollar todo un proceso de diseño.
Los participantes de esta formación estaban especialmente interesados en conocer herramientas de ideación y de expansión de ideas, y tanto el Service design como el Futures design nos sirvieron de inspiración durante el camino. Todo ello bien pautado, secuenciado y sembrado de oportunos y nada sonrojantes icebreakers creativos, por supuesto.
También hubo tiempo para entender y pautar una buena experiencia de usuario, e incluso para experimentar con herramientas de prototipado rápido. Y para sondear el papel y la misión del facilitador en un grupo de trabajo.
Todo ello en un taller en el que no fue necesario contar con dispositivos electrónicos. Un espacio habilitado con mesas en isla, un proyector para mis presentaciones y el material que yo mismo aporté (sin olvidar las notas adhesivas, por supuesto) era todo lo que necesitábamos.
La acogida y evaluación del taller nos llevaron a una segunda edición, y ya estamos hablando de la tercera convocatoria. Y sin embargo, lo más gratificante para mí fue descubrir de entre los perfiles asistentes un par de facilitadores natos que hoy guían a sus compañeros según las pautas y criterios que vimos en el proceso.